de Cristo más vivamente en nosotros. Es bueno que haya simetría y proporción entre la Cabeza y los miembros. ¿Seremos parte del cuerpo místico de Cristo sin ser como Él? Su vida, como dice Calvino, fue una serie de sufrimientos: “Varón de dolores, y experimentado en quebranto” (Is. 53:3). Él lloró y sangró. ¿Fue su cabeza coronada de espinas, y pensamos nosotros ser coronados de rosas? Es bueno ser como Cristo, aunque sea por medio de sufrimientos. Jesucristo bebió una amarga copa; le hizo sudar
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